EL EJEMPLO DE SINGAPUR, DONDE CERCA DEL 90% DE LA POBLACIÓN ES DUEÑA DE SU PROPIO HOGAR
Pareciera imposible lograr empatar los requerimientos de la demanda de vivienda de los millennials con las alternativas imperantes. Sin embargo, hay algunos casos de éxito de los que se puede aprender para dar solución al fenómeno del abandono de viviendas.
De acuerdo con Enrique de la Madrid, director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tec de Monterrey, en Singapur cerca del 90% de la población es dueña de su propio hogar.
Un par de claves en el éxito de Singapur, explica, fueron la construcción de vivienda pública de calidad y la implementación de un Fondo de Previsión Central. En éste último, con la aportación del trabajador y del empleador se alcanzan una tasa de ahorro del 37%. En México, la tasa de ahorro para el Infonavit (que sería un equivalente) es del 5%.
“En los años 50 una gran cantidad de pobladores de Singapur vivía en favelas hacinadas, sin higiene y con muchas carencias. Para resolver este problema se creó la Junta de Vivienda y Desarrollo (HBD por sus siglas en inglés), que en cinco años construyó más de 50 mil viviendas nuevas.
“Sin embargo, la gente no se quería mudar a los edificios gigantes construidos por el gobierno. En 1961 ocurrió un incendio que dejó sin vivienda a muchos habitantes de las favelas. En menos de un año, todos se encontraban rentando uno de los departamentos ofrecidos por la HBD”, narra en su columna en El Universal.
A partir de ahí, el gobierno amplió su programa de construcción de viviendas de todos tamaños, presupuestos y estilos. Tenía claro que si la gente era dueña de su vivienda, la cuidaría más. Los precios eran entre 20% y 30% más bajos que los de constructoras privadas.
De la Madrid menciona otras acciones de las que México puede aprender de Singapur. Una es el hecho de que cuando la gente se jubila, el gobierno la ayuda para vender su casa y comprar una más pequeña, acorde con sus nuevas necesidades. Otra es que para evitar que las viviendas se adquieran por negocio, éstas no pueden venderse antes de haberlas habitado cinco años.
“En México es necesario generar vivienda más accesible, pero no hay duda de que el nivel de ahorro que generamos es insuficiente. Sobre ello tenemos que reflexionar y actuar si queremos mejorar nuestro nivel de vida de forma permanente”, concluye.