Cambiar Los Ángeles desde adentro
Antes de ser elegido como el 41 alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa fue miembro de la Asamblea Estatal de California de 1994 a 2000. Se desempeñó como líder de la Asamblea Democrática, líder de la Mayoría de la Asamblea y portavoz de la Asamblea. En 2001 se postuló a la alcaldía de la ciudad, pero perdió en la segunda ronda frente a James Hahn.
“Yo no estaba buscando liderazgo, yo tenía un propósito. Xavier Becerra se postuló como el candidato latino. Yo me postulé como candidato para todos porque en una democracia no puedes decir que vas a representar sólo a tu gente. Gané en la primera ronda, pero en la segunda hicieron una campaña racista diciendo que sí me elegían iba a subir el crimen y perdí”, dice.
En 2005, Villaraigosa se volvió a postular y esta vez venció a Hahn. La prensa reportó que aunque casi 50% de la población de la ciudad era latina, sólo 22% estaba empadronada, de manera que su triunfo revelaba una alianza entre latinos y afroamericanos.
“Conozco mis debilidades, así que me acerqué a los mejores. Mi jefa de personal me dijo: ‘Ay, señor, hiciste muchas promesas. La regla es de tres a cinco, tú hiciste 20’. Y le dije: ‘Lo vamos a cumplir, pero ayúdame a instalar un proceso que lo asegure. Entonces contratamos a McKinsey & Company. Eso me ayudó mucho al éxito que tuvimos”, explica Villaraigosa, quien fue reelecto como alcalde de Los Ángeles en 2009.
Para él, durante los ocho años que gobernó la segunda ciudad más poblada de Estados Unidos, con grandes poblaciones latinas, afroamericanas y asiáticas, su mayor logro fue conformar un gran equipo. Bajo su liderazgo consiguió que éste representara la diversidad de la urbe, que todos los integrantes se trataran como iguales y que tuvieran oportunidad de convertirse, también ellos, en buenos líderes.