Luego del paso de Filomena —considerada la mayor tormenta de nieve en Madrid, España, desde 1971—, en enero de 2021, la consejera de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad, Paloma Martín, anunció que clonarán árboles como parte de una restauración ecológica de largo plazo, la cual busca asegurar la continuidad de los árboles centenarios dañados con la tormenta. Esto responde a la importancia que supone el patrimonio natural para una ciudad como Madrid.
Además, con este procedimiento usarán tecnología de última generación para evitar la desaparición de árboles singulares como un olmo de 25 metros de altura —catalogado como patrimonio por la Comunidad de Madrid— o plantas autóctonas. De acuerdo con ABC Madrid, toda la restauración correrá a cargo del departamento forestal del Instituto Madrileño de Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA). Un equipo especializado comenzará recopilando toda la información de los árboles dañados, éstos son los que tendrán prioridad; después, evaluarán los que tienen relevancia dentro de los municipios de la región y que, por lo mismo, vale la pena conservar. Posteriormente, recolectarán la vegetación necesaria para realizar las primeras muestras: semillas o ramas, según sea el caso. Con ellas se podrá crear ADN vegetal para preservar las especies, en caso de ocurrir otro desastre natural.
El proceso que seguirá cada especie clonada consiste en que una vez que el ADN sea creado, se dejará enraizar en un vivero y cuando alcance el tamaño adecuado, el árbol se trasladará al campo donde será clasificado y reubicado. Llama la atención el hecho de que, gracias a la tecnología utilizada, se pueden obtener duplicados exactos y hasta de mayor calidad; esto sienta un precedente sobre la importancia de las áreas verdes no sólo para contrarrestar los daños de cualquier desastre, sino para el diseño de las ciudades del futuro.
Aunque la clonación de distintas especies de árboles con valor sentimental e histórico es un esfuerzo del IMIDRA que lleva gestándose desde hace unos 10 años, dada la tormenta y los daños que causó —estimados en 3,782,000 de euros—, el Instituto ofreció su ayuda extraordinaria para no perder parte de lo que hace a Madrid la ciudad que es.
Naturaleza para el futuro
Actualmente, las áreas verdes de las ciudades son zonas vulnerables por distintos factores, entre los que destacan no sólo los desastres naturales, sino el calentamiento global o la contaminación industrial. No obstante, gracias a la clonación, ahora será posible preservar el patrimonio natural, al mismo tiempo que el uso de la tecnología con estos fines específicos provocará que se cuestionen prácticas que vayan en contra del cuidado del medio ambiente. Si es posible que la ingeniería genética solucione problemas que parecían irreversibles, entonces ¿por qué no utilizarla con fines benéficos para la ciudadanía y para los ecosistemas naturales?
Las ciudades del futuro tendrán que considerar la importancia de su patrimonio natural o ambiental. Esto ayuda a pensar la movilidad más allá de un modelo que privilegie a los autos; en cambio, debe privilegiar a quienes transitan a pie, en bicicleta o en transporte público para que tengan una forma de relacionarse a conciencia, de una manera fácil y eficiente, con la naturaleza que nos rodea.