Por STAFF ENTORNO Y FUTURO | 1/4/2022
El sol brilla cada vez más para la industria turística. Tras enfrentar un oscuro panorama por la pandemia, las llegadas de visitantes internacionales en todo el mundo aumentaron 130% en enero, comparado con el mismo mes de 2021, de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Es cierto que el turismo global aún se mantiene 67% por debajo de los niveles prepandémicos. Pero, en términos generales, Europa y América son las regiones que más se han recuperado. Las vacunas y los protocolos sanitarios, señalan los expertos, han logrado que la gente se sienta con más confianza para hacer sus maletas.
De hecho, la Secretaría de Turismo estima que en 2022 esta industria en México crecerá 25.6%. En cifras oficiales, se espera la llegada de 40 millones de visitantes, una ocupación hotelera promedio de 54% y un consumo turístico de más de 146 mil millones de dólares.
México en el top de turismo mundial
La riqueza natural y cultural de México, su hospitalidad, lo han hecho un imán para trotamundos. Con 39.3 millones de viajeros internacionales, en 2017 era el sexto país más visitado del mundo, según datos de la OMT. En 2019, antes de la llegada del covid-19 ocupaba el séptimo lugar con 45 millones de turistas.
El país es anhelado por las playas que lo bañan en el Pacífico, el Golfo de México y el Caribe. Sitios arqueológicos del centro al sur del territorio. Tradiciones y fiestas en cada rincón. Montañas y desiertos para perderse en su inmensidad. Una gastronomía tan rica, que es un viaje en sí misma.
Así, en plena pandemia los “brazos” abiertos de la República Mexicana para recibir visitas la colocaron como el tercer lugar con más turistas en 2020: 24 millones. Sólo fue superada por Francia e Italia, reveló la OMT.
En esa fecha, al sector turístico se le atribuyó cerca del 6.7% del producto interno bruto (PIB) nacional, que antes de la pandemia había estado en alrededor del 8.5%, de acuerdo con el Inegi.
En 2021, un repunte en las vacaciones de verano y el regreso de cruceros a finales de año fueron una bocanada de aire fresco. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo reportó una derrama cercana a los 160 mil millones de pesos. Sin embargo, 20% del empleo perdido por la pandemia siguió sin recuperarse.
Ya que este año pinta mejor, y que Semana Santa es uno de los momentos clave para el turismo en México, el optimismo acapara titulares en los medios.
“La Secretaría de Turismo de Quintana Roo prevé una llegada de 3 millones de turistas”. “Una ocupación del 80% reportan los hoteles de Mazatlán”. “Espera Edomex incrementar derrama económica y visitantes”. “Coahuila se prepara para las vacaciones; espera 600 mil visitantes”. “Prevén incremento de turistas en Hidalgo hasta en 50%”.
La magia mexicana que impulsa el turismo
Además de los cinco destinos más visitados de México, de acuerdo con Statista: Ciudad de México, Cancún, Acapulco, Riviera Maya y Guadalajara, la tendencia de vivir experiencias únicas ha impulsado la preferencia por sitios como San Miguel de Allende, Tepoztlán y Bernal.
Pertenecientes a la categoría Pueblos Mágicos, estos lugares tienen en común una gran historia o una belleza sin igual. En la mayoría de los casos, ambas. Cuando se creó la campaña para promoverlos, en 2001, durante el sexenio de Vicente Fox, la idea era incrementar el turismo y, con ello, generar beneficios económicos para los residentes y para la conservación del patrimonio.
También se trataba de promover una cohesión social que fortaleciera la identidad en cada uno de estos sitios. El éxito ha sido tal, que la lista de Pueblos Mágicos va en aumento; actualmente son 132. Estados como Michoacán, Puebla y Estado de México tienen 10, mientras que Baja California, Colima, Guerrero y Tabasco uno. Salvo la capital mexicana, a todas las entidades les toca una rebanada del pastel.
El gobierno federal contribuye con inversión y lineamientos, pero son los gobiernos locales los que gestionan el proyecto. Un caso de éxito es Viesca, en Coahuila, que al cambiar la agricultura por el turismo incrementó sus sitios de interés.
Antes de ser un Pueblo Mágico en 2012, era un pueblo fantasma. Lo caracterizaban la falta de agua, de inversión y de habitantes, por una alta migración a Estados Unidos.
Hoy en día a sus Dunas de Bilbao llegan visitantes para caminarlas o recorrerlas en cuatrimoto con la adrenalina a tope. También van a su Templo de Santiago Apóstol, especialmente en julio cuando se realiza la danza del caballito.
La participación de la comunidad ha hecho posible las reparaciones de la carretera Zapata-Viesca, por ejemplo. Asimismo, el arreglo de las fachadas de los edificios históricos y de su centro histórico.
La importancia del turismo para el crecimiento de un país
Los gobiernos lo saben: el turismo es un motor clave del progreso socioeconómico. Puede impactar diversos sectores, desde la construcción hasta las telecomunicaciones. En México es la tercera fuente de atracción de divisas.
La OMT asegura que 1 de cada 11 trabajadores colabora en los sectores relacionados con el turismo. Éste fortalece la marca país, por lo tanto incentiva la inversión en infraestructura impactando en la calidad de vida de los habitantes.
A nivel internacional, España es un país que ha sabido jugar muy bien sus cartas en cuestión turística. Barcelona es el principal ejemplo de ello, sobre todo tras ser sede de los Juegos Olímpicos de 1992. Pero su éxito también se debe a lugares como Bilbao.
Esta ciudad industrial es uno de los puertos más importantes de Europa; sin embargo, estuvo en crisis por cerca de 50 años. A finales del siglo pasado experimentó un fuerte plan de rehabilitación destinado a reactivar su economía local y revitalizarla como metrópoli de servicios.
El núcleo de la estrategia fueron el diseño, la creatividad y la cultura. Se creó Bilbao Ría 2000 para coordinar la regeneración de suelos ocupados por trenes, muelles y carreteras.
Conocido como uno de los primeros planes de ordenación urbana en señalar las grandes oportunidades para el desarrollo equilibrado de las ciudades, apostó por ejecutar acciones que integraran urbanismo, transporte y medio ambiente. En la creación de un tejido económico centrado en los servicios, la cultura y las nuevas industrias, fomentó la participación conjunta de la sociedad y las autoridades.
Fue así como Bilbao se convirtió en un referente de arquitectura, diseño industrial y de interiores, nuevas tecnologías, moda, videojuegos y negocios. Ha sido reconocida como Ciudad Creativa del Diseño por la UNESCO, y nombrada capital de los Premios Pritzker —considerados el Nobel de la Arquitectura— por El País.
Antes de que la pandemia trastocara todo, Londres, París y Bangkok tenían una década siendo las tres ciudades favoritas para las vacaciones, según el Global Destination Cities Index de Mastercard. Se habla de que 2022 y 2023 serán años de recuperación y reacomodo.
Así, los gobiernos tienen una oportunidad para promover sus ciudades. En el caso de México, éste podría volver a colocarse en el sexto lugar como destino mundial, como ocurrió durante la gestión de Enrique de la Madrid como Secretario de Turismo.
Tener claros los beneficios que brinda invertir en el sector turístico, cuidando que éste no se vuelva una amenaza para la identidad, seguridad y sustentabilidad de una región, puede ser el motor de desarrollo y prosperidad que sus habitantes necesitan.