¿Para quién es la arquitectura?
Si posees las siguientes cualidades, la arquitectura bien podría ser tu profesión perfecta.
* Creatividad. Los arquitectos se ocupan de transformar espacios vacíos o sin ningún elemento en estructuras funcionales, seguras y visualmente atractivas. También renuevan, modernizan y decoran infraestructuras ya existentes.
* Gusto por el diseño. Forma, función, espacio, materialidad, relieves, señales, símbolos y muchos otros elementos del diseño se transforman en un lenguaje que se vive. Si tienes habilidad de crear, innovar y modificar para mejorar, ¡llevas un arquitecto dentro de ti!
* Trabajo en equipo. Si bien los arquitectos son las “mentes maestras” detrás de los espacios, laboran en conjunto con especialistas de distintas disciplinas para que un proyecto sea viable y tenga un resultado exitoso.
* Interés por las estructuras y edificaciones. Para que puedas disfrutar de la carrera y sentirte motivado a dar lo mejor de ti, es importante que te apasionen e interesen las edificaciones, infraestructuras y desarrollos urbanos. Si te llaman la atención los estilos arquitectónicos, las formas de determinadas edificaciones que ves diariamente, es muy probable que este campo académico sea tu vocación.
* Responsabilidad social. Al culminar la carrera adquirirás la responsabilidad de desarrollar espacios donde las personas harán su vida. Por tal motivo es importante que tengas un gran sentido de responsabilidad social para cursar y ejercer la profesión.
* Orientación al logro. La arquitectura demanda profesionales con orientación al logro, que sean capaces de dar lo mejor de sí para cumplir con metas y objetivos.
* Inclinación por la tecnología. Está disciplina ha sabido adaptarse a los tiempos, por lo que es importante estar al tanto del uso de las nuevas tecnologías, la innovación y las tendencias para permanecer vigente.
Podemos concluir que la profesión de arquitecto es multidisciplinaria y tiene un papel protagónico en el desarrollo de las comunidades. Su encomienda es abrir perspectivas y transformar los entornos para procurar hábitats que afiancen la cohesión social.
La labor de un arquitecto no pasa inadvertida, sólo se transforma para mantenerse vigente al pasar del tiempo.