Lo que viene en escena. Declarada la pandemia por COVID-19, en todos los asentamientos humanos el espacio público —clave para el bienestar de la población—se transformó en un foco de contagio y nuestra relación con él comenzó a cambiar en todas sus dimensiones. Pero más allá del transporte colectivo y la vía pública, de los parques, los restaurantes y las tiendas comerciales, los escenarios son espacios destinados a experiencias colectivas y personales que construyen vínculos sociales difíciles de reemplazar, pues la naturaleza de su arte implica la presencia. En junio de este año, la revista Este País publicó un artículo de Lucina Jiménez, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes, en el que analiza con detalle las condiciones en que el ecosistema artístico tendrá que reinventarse, no sólo económicamente, sino también en un debate estético muy profundo: “La pandemia puso en tensión las bases de las ritualidades y la comunión en las que descansan la danza, el teatro, la ópera, los conciertos sinfónicos, los coros y el performance”. Las reacciones en la comunidad de las artes escénicas en México nos hablan de su resiliencia: van desde quienes hace meses comenzaron a transmitir funciones en línea —destaca la oferta de la Secretaría de Cultura en su plataforma Contigo en la distancia—, hasta aquellos artistas que se niegan a presentarse en ausencia de su público. Hoy, en una apertura incierta y temerosa, la cartelera de teatro en México nos ofrece decenas de puestas en escena —en modalidades presenciales, en línea y mixtas—, que van desde el CuarenTenorio cómico hasta monólogos de terror, todas con descuento. Algunas propuestas han ido más allá, adaptando el aforo y la producción a las nuevas condiciones, como la breve temporada de Elena 1985 en el Teatro Milán, “la primera obra inmersiva con distanciamiento social”. Otras disciplinas artísticas como el cine también enfrentan cambios radicales, pues su competencia con el cine en streaming se aprecia muy difícil si consideramos que Netflix cuenta ya con más de 190 millones de suscriptores en 190 países del mundo, y cada día son más.