Pasar al contenido principal
Tecnológico de Monterrey Tecnológico de Monterrey
  • Inicio
  • Áreas de enfoque
    • Ciencia de ciudades
    • Urbanismo social y ambiental
  • Nosotros
  • Newsletter
  • Contacto
Barcelona, laboratorio de innovación digital

Para Jordi Hereu, exalcalde de la capital catalana, en una ciudad inteligente se vive bien cuando la innovación digital y la adopción tecnológica están supeditadas a los servicios, lo cual favorece la prosperidad de sus habitantes.

Por STAFF ENTORNO Y FUTURO |

La transformación digital y tecnológica en una ciudad preocupada por mantener la calidad de vida de sus habitantes implica retos. Jordi Hereu, alcalde de Barcelona 2006 a 2011, explica en qué consisten algunos de esos desafíos. Además, revela cómo dicha ciudad ha podido ofrecer cada vez mejores servicios y ser global sin perder su identidad, pues hoy la habitan personas de 190 nacionalidades y en ella se hablan más de 150 lenguas.

“En su momento hicimos una transición de industrial a postindustrial, o de servicios, y de local a global. En esta transición toda ciudad tiene grandes beneficios; también nuevos retos. Pero al cabo de 30 años podemos decir que se ha cometido con un notable éxito”, declara.

Y en la cuarta revolución industrial, que es la de los datos hacia una economía digital, a esta metrópoli mediterránea le interesa seguir innovando. Ser una ciudad inteligente no por la cantidad de tecnología de la que haga uso, sino por emplearla para un solo fin: el bien social.

Productividad + innovación = bienestar

Una globalización sin límite resulta peligrosa, observa Jordi Hereu. Por ello, en Barcelona desde hace más de dos décadas reflexionan sobre lo que significa la reindustrialización en un nivel más regional.

Prueba de ello es que en 1999 arrancaron el proyecto del llamado Manchester catalán, un distrito industrial del siglo 19 decrépito que ahora es el Poblenou. Ante la creciente oferta de los promotores inmobiliarios, en aquel momento se enfrentaron a un debate: ¿cemento o conocimiento?

Decidieron no irse por el camino fácil de promover únicamente vivienda. Convirtieron antiguas fábricas con chimeneas en la nueva industria digital del siglo 21 y las mezclaron con vivienda. Así nació el distrito tecnológico 22@.

“Preparamos la ciudad para poder ser el mejor receptáculo para los contenidos de la nueva economía del conocimiento. Barcelona está haciendo la transición económica como también la transición social”, indica Hereu.

Es decir, los catalanes no pierden de vista el objetivo de mantener el nivel de protección social europeo. Quieren conservar su identidad histórica, en lugar de entregarse pasivamente a los efectos de la globalización. Su reto es competir con Estados Unidos y China defendiendo sus valores.

“Barcelona es un gran laboratorio en marcha. Sólo a través de la productividad y la innovación podremos generar el producto interno bruto necesario para mantener el estado del bienestar y, por tanto, el futuro de Europa”, sostiene.

Jordi Hereu, militante del Partido de los Socialistas de Cataluña, considera que las ciudades desempeñan un papel capital como nodos de innovación social, empresarial y tecnológica. Entonces, sólo se puede sufragar el estado del bienestar si hacen compatibles el crecimiento económico con la innovación. 

“Si no, quedaremos como aquel museo bonito que la gente visita porque hace gracia a la historia. Por tanto, la mejor defensa de un cierto modelo urbano social es innovar para crecer”, asegura.

Inteligencia colectiva antes que tecnología

Las ciudades son un proyecto colectivo; necesitan estar presididas por una planificación y ordenación del espacio. Algo que, desde el punto de vista de Jordi Hereu, no se puede suplir con tecnología.

“La tecnología es una equivocación si se concibe como un fin en sí mismo y no se pone como un medio al servicio de la inteligencia colectiva”, plantea.

Por otro lado, aunque se diga que la tecnología es ilimitada, Hereu ve un límite: el cultural. Con ello se refiere a la capacidad de una sociedad, como ciudad, de hacerse las preguntas adecuadas. 

“La tecnología nos permite comprar cualquier cosa desde el domicilio, a cualquier hora. ¿Es inteligente hacerlo sin límite? No. Yo quiero ciudades para vivir. Para mí, una ciudad inteligente es un parque con niños jugando, con abuelitas hablando, con familias compartiendo, seguras, tranquilas. No son censores, no son 30 mil tecnologías. Todo esto para mí es un gran instrumento, pero al servicio de las finalidades”, opina.

Así, pensar en ciudades que permitan pasear tranquilamente, que sean atractivas y equitativas, lleva a contemplar la distribución urbana de mercancías, según Hereu. Porque comprar en línea en lugar de hacerlo en una tienda del barrio, multiplica la movilidad.

“Para mí esto es una tesis: las ciudades que abandonen el comercio urbano a pie de calle están condenadas al fracaso. Por tanto, habrá que poner precio al logístico urbano para que te traigan un bolígrafo a tu casa. La agenda urbana de la nueva movilidad no la construirá sólo un alcalde o alcaldesa, tampoco el sector privado o la academia. La construiremos juntos, a través de la alianza público-privada, porque está sujeta a grandes cambios y nuevas energías”, afirma.

Digitalización y movilidad

Dime cómo te mueves y te diré qué valores subyacentes a una colectividad hay es una pregunta que se le podría hacer a cualquier ciudad, dice Jordi Hereu, quien fue concejal de Seguridad y Movilidad en Barcelona de 2003 a  2006.

“La movilidad es una de las grandes dimensiones de todo fenómeno urbano; expresa muchos valores. No es una simple funcionalidad de una ciudad; la ciudad genera movilidad”, declara.

Aunque durante su gestión al frente de Seguridad y Movilidad la agenda climática aún no era prioridad, Hereu impuso medidas contra el uso indiscriminado del coche. Sus argumentos iban hacia la congestión y la regulación del espacio público. De hecho, reguló el aparcamiento con pago en toda la ciudad. 

En aquellos años no imaginaba la llegada de motos y patines eléctricos compartidos. “Nunca hubiese pensado que tuviésemos una irrupción tan fuerte de las nuevas energías y de la digitalización, que ha cambiado completamente el modelo de movilidad —confiesa—. Esta es la revolución urbana que tenemos que hacer: afrontar la digitalización y las nuevas formas de movilidad al servicio del interés común”.

Si bien la capital catalana ha logrado que en sus calles usar bicicleta y caminar sean modos predominantes, sigue enfrentando desafíos. Desde el punto de vista de Hereu, le falta fortalecer la oferta de transporte público a nivel metropolitano, donde el desplazamiento en coche aún domina. 

“No creo en las utopías donde podremos prescindir del transporte. Soy un gran defensor de las realidades de los desplazamientos. O sea, tenemos que poner ciencia a las cosas: o hay transporte masificado colectivo o la ecuación de la movilidad no sale”, puntualiza.

Un urbanismo para ciudadanos del mundo

Jordi Hereu considera que Barcelona es una ciudad muy paseable. Esto no sólo significa que hayan hecho accesible la vía pública, sino que el mercado, las escuelas, el teatro, el parque… están cerca. Es decir, que se conforma de barrios policéntricos, autosuficientes. 

“Yo creo en las ciudades de mixtura, donde hay una autoconcentración y mucha capacidad de funciones en los barrios. Yo creo en el urbanismo humanista”, señala.

Además, menciona que cuando una ciudad tiene que utilizar el coche para realizar diversas funciones es un fracaso colectivo. Para empezar, porque no cumplirá lo pactado internacionalmente en el Acuerdo de París. 

“Por mucho que los Estados firmen acuerdos, no hay sostenibilidad si no se construye desde la base urbana. O sea, si Barcelona o Ciudad de México no cumplen, entonces ni España ni México cumplirán los Acuerdos de París porque las cosas se construyen en la realidad, no en los tratados. Pero no sólo con nuevas energías mejoraremos las cosas, es también un modelo social”, manifiesta.

Por esa razón, Hereu piensa que detrás de los fondos Next Generation y el Green New Deal europeo está el cumplimiento de la agenda climática con todos los elementos de digitalización. 

En este punto, indica, los datos juegan un papel fundamental. De ahí la necesidad de que estos le pertenezcan a los ciudadanos y estén siempre al servicio de un proyecto, no de un partido político o corporación.

“En este mundo en competencia sé que la democracia tiene un cierto descrédito, porque hay otros sistemas que son teóricamente más eficaces. A pesar de los problemas, me reafirmo en los valores democráticos como los más eficaces, sin ninguna duda”, apunta. 

Como presidente de Idencity, una empresa fundada para ayudar al proyecto colectivo de ciudades, a Jordi Hereu le resulta fascinante el diálogo entre gente que vive en continentes diferentes. Ve en el municipalismo una de las grandes formas de universalismo.

“Los ciudadanos en las ciudades somos ciudadanos del mundo. Tenemos nuestras banderas y nuestras nacionalidades, pero los retos de un ciudadano de Ciudad de México son los retos de un ciudadano de Quetzaltenango, de Madrid, de Barcelona y de Washington. Y esto unifica mucho las visiones. Por eso creo mucho en el municipalismo”, opina.

Así, Jordi Hereu nos revela una Barcelona que logra ser un laboratorio de innovación digital debido a que antepone el bien social a la tecnología. En dicha ciudad se vive bien porque los barrios son autosuficientes y la movilidad sirve al interés común. Gran parte de su éxito económico radica en que ha sabido combinar lo global con lo local; en ser una ciudad que apunta al futuro valorando su pasado.

COMPARTE

Logo Footer Logo Footer
  • Inicio
  • Áreas de enfoque
    • Ciencia de ciudades
    • Urbanismo social y ambiental
  • Nosotros
  • Newsletter
  • Contacto

Av. Eugenio Garza Sada 2501 Sur Col. Tecnológico C.P. 64849 | Monterrey, Nuevo León, México | Tel. +52 (81) 8358-2000 D.R.© Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, México.

Aviso legal | Políticas de privacidad | Aviso de privacidad

© 2020 Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores De Monterrey, México.
Av. Eugenio Garza Sada 2501 Sur Col. Tecnológico C.P. 64849 | Monterrey, Nuevo León, México | Tel. +52 (81) 8358-2000

Aviso legal | Políticas de privacidad | Aviso de privacidad | Sobre el sitio