El polvo y el hollín, el humo y el aerosol, la quema de residuos y cultivos, y las centrales eléctricas de carbón son los principales generadores de contaminación en el medioambiente: producen partículas que se han convertido en un problema mundial de salud pública.
La contaminación del aire es uno de los riesgos más severos por las graves consecuencias en la salud. Los impactos van desde muerte prematura, sobrepeso e infarto cerebral, enfermedades cardíacas, varios tipos de cáncer —siendo el de pulmón el de mayor prevalencia— y enfermedades respiratorias agudas o crónicas —asma, enfermedad pulmonar obstructiva—, hasta efectos menos graves como malestares respiratorios, dolor de cabeza, mareo, irritación e inflamación de ojos. Al respecto, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de México ha explicado: “Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire, mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo”.
En 2018, las organizaciones Greenpeace, El Poder del Consumidor y el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP México) exigieron a las autoridades prevenir y atender de manera urgente el grave problema de la contaminación imperante en el aire del país. Lo anterior bajo el argumento de que el desatender este problema representa un atentado contra el derecho a la salud de millones de mexicanos.
De acuerdo con el informe No apto para pulmones pequeños. Diagnóstico de calidad del aire y el derecho de niñas, niños y adolescentes al aire limpio (México, 2018), la problemática ha cobrado la vida de 17 mil personas cada año, mientras que 1 mil 680 de estas muertes corresponden a menores de cinco años. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado a conocer que, en todo el mundo, cerca de 7 millones de muertes prematuras fueron atribuibles a la contaminación del aire ambiental en 2016; además, alrededor del 88% de estas muertes ocurrieron en países de ingresos bajos y medios.
Todas las personas en el mundo pueden estar expuestas a la contaminación del aire. Sin embargo, se perciben grandes diferencias entre grupos de población y localidades geográficas, explica la OMS; y cita como ejemplo a quienes son residentes cercanos a carreteras o recintos industriales, debido a que con frecuencia están expuestos a elevados niveles de contaminación ambiental exterior.
También corren riesgo las personas que usan combustibles sólidos como fuente de energía doméstica y son quienes pueden ser las más afectadas por la contaminación del aire ambiental en espacios interiores. En algunos casos, “las diferencias de exposición entre los grupos de población pueden estar vinculadas con las inequidades en el desarrollo, la implementación y el cumplimiento de las leyes, reglamentos y políticas ambientales”, explica el organismo internacional.
Principales fuentes contaminantes
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) divide en cuatro categorías principales las fuentes contaminantes, que son las actividades, los procesos o las operaciones capaces de producir contaminantes del aire. Las fuentes pueden ser puntuales, móviles, de área y naturales.
Las puntuales se caracterizan por ser estacionarias o estar en un punto fijo, como las plantas de energía, industrias químicas, refinerías de petróleo y fábricas. Las móviles abarcan todas las formas de transporte y los vehículos automotores. Las fuentes de área son aquellas actividades que en conjunto afectan la calidad del aire, como el uso de madera, imprentas, tintorerías o actividades agrícolas. Las fuentes naturales o biogénicas son resultado de fenómenos de la vida animal y vegetal, como las emisiones producidas por los volcanes, océanos y la erosión del suelo.
En cuanto al origen del contaminante, la Semarnat distingue dos tipos:
- Los contaminantes primarios son los que provienen directamente de fuentes de emisión como plomo, monóxido de carbono, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos y material particulado.
- Los contaminantes secundarios se originan en el aire por la interacción entre dos o más contaminantes primarios o por sus reacciones con otros componentes de la atmósfera, como en los casos del ozono, del peroxiacetil-nitrato, de los sulfatos, de nitratos, así como del ácido sulfúrico.
La contaminación del aire en las agendas globales
La contaminación del aire ha cobrado reconocimiento e importancia en las agendas globales. En septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible donde se incluye esta problemática.
En el documento se explica que el mundo cada vez está más urbanizado; además, desde 2007 más de la mitad de la población mundial ha estado viviendo en ciudades, y se espera que dicha cantidad aumente hasta el 60% para 2030. “Las ciudades y las áreas metropolitanas son centros neurálgicos del crecimiento económico, ya que contribuyen al 60% aproximadamente del PIB mundial. Sin embargo, también representan alrededor del 70% de las emisiones de carbono mundiales y más del 60% del uso de recursos”, explica la Agenda 2030.
La rápida urbanización ha dado como resultado un número creciente de habitantes en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados y sobrecargados (como la recogida de residuos y los sistemas de agua y saneamiento, carreteras y transporte); asimismo, está empeorando la contaminación del aire, indica la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con la ONU, “el 90% de los habitantes de las ciudades respira aire que no cumplía las normas de seguridad establecidas por la Organización Mundial de la Salud, lo que provocó un total de 4.2 millones de muertes debido a la contaminación atmosférica”. Esto como un estimado desde el año 2016. Además, “más de la mitad de la población urbana mundial estuvo expuesta a niveles de contaminación del aire al menos 2.5 veces más altos que el estándar de seguridad”.
Qué se ha hecho para disminuir el impacto de la contaminación ambiental
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha sido uno de los organismos que más ha colaborado en el combate a la contaminación ambiental. Ha brindado ayuda a los países en el mejoramiento del desempeño de los programas de salud pública ambiental de la calidad del aire; esto mediante el apoyo para la inclusión del componente de salud en las políticas, planes y programas de calidad del aire.
La OPS ha dado acompañamiento al establecimiento de objetivos de calidad del aire basados en las guías de calidad del aire de la OMS y el fortalecimiento del talento humano en materia de calidad del aire y salud. También ha colaborado en la medición del progreso de la Salud Pública Ambiental, puntualmente en América Latina.
Además apoya la construcción de un sector salud ambientalmente responsable y resiliente mediante la estimación de la huella de emisiones del sector y la promoción del uso de energía limpia. A su vez, presiona para la implementación de la iniciativa de eliminación del uso de combustibles sólidos en la vivienda.
La OPS recomienda que “las políticas para reducir la contaminación del aire pueden proporcionar beneficios de salud directamente en las enfermedades relacionadas; e indirectamente por la reducción de los efectos del ozono y del carbono negro sobre el clima extremo y la producción agrícola (que afecta a la nutrición y la seguridad alimentaria).
"Por otro lado, cambios en la dieta, incluyendo el aumento del consumo de alimentos a base de plantas y la reducción en el consumo de carnes rojas y procesadas, tienen beneficios inmediatos para la salud, mientras que disminuyen la demanda de productos pecuarios asociados a las emisiones de metano”.
Las políticas y las inversiones en transporte público sostenible, como el tránsito rápido de autobuses (BRT, por sus siglas en inglés) basado en tecnologías de emisiones más bajas, las redes de senderismo y ciclismo, también pueden tener beneficios inmediatos para la salud al promover viajes activos seguros, reducir los niveles de contaminación atmosférica y ruido y reducir el tráfico, proporcionando además reducciones sustanciales en las emisiones de CO2.
Lo anteriores son ejemplos de estrategias de promoción de la salud con beneficios potenciales para la salud y el clima, con beneficios observados a nivel local, de acuerdo con la OMS.
Las ciudades más contaminadas
De acuerdo con el informe mundial de 2018 sobre calidad del aire de IQAir AirVisual, de las 30 ciudades más contaminadas del mundo, 22 se encuentran en la India.
A continuación, el ranking:
- Gurgaon (India)
- Ghaziabad (India)
- Faisalabad (Pakistán)
- Faridabad (India)
- Bhiwadi (India)
- Noida (India)
- Patna (India)
- Jotán (China)
- Lucknow (India)
- Lahore (Pakistán)
- Nueva Delhi (India)
- Jodhpur (India)
- Muzaffarpur (India)
- Benarés (India)
- Moradabad (India)
- Agra (India)
- Daca (Bangladesh)
- Gaya (India)
- Kasgar (China)
- Jind (India)
Las anteriores seguidas por Kanpur (India), Singrauli (India), Calcuta (India), Pali (India), Rohtak (India), Mandi Gobindgarh (India), Xingtai (China), Shijiazhuang (China), Ahmedabad (India) y Aksu (China).
Actualmente, es imperativo actualizar y expandir las normas de salud ambiental para que se sincronicen con los límites de protección a la salud establecidos por la OMS. También se debe regular y obligar a que los sectores más contaminantes, como el transporte (Plan Integral de Movilidad) y la industria, acaten límites que vayan en pro de la salud y la disminución de la contaminación ambiental. Por último, se debe presionar a las ciudades para que fortalezcan sus programas para mejorar la calidad del aire.