¿Cómo repensar la ciudad bajo las condiciones que vivimos en la actualidad y que viviremos tras la pandemia por COVID-19, en plena crisis climática?, ¿cuáles serán las nuevas tendencias en temas de desarrollo urbano y movilidad, en consecuencia? Estas son las preguntas que actualmente urbanistas, planeadores, epidemiólogos, sociólogos, académicos, expertos y gobernantes se hacen día a día y que algunos queremos prospectar. Responderlas construirá el futuro del nuevo marco para las políticas públicas, las regulaciones y la gobernanza que tendremos que construir, las cuales nos permitirán comenzar a vislumbrar los lineamientos de las ciudades del futuro.
La pandemia que enfrentamos implica múltiples retos, especialmente en el espacio urbano, donde la carencia de espacio es el común denominador de las ciudades densas, con millones de viajes y movimientos. Algunas de las ciudades mexicanas están en esa categoría, especialmente aquellas ubicadas en zonas metropolitanas. Es por ello que hoy, ante esta nueva realidad donde la salud pública y los controles epidemiológicos son fundamentales para la dinámica urbana, nos encontramos todos en la búsqueda y gestión de esos metros de más, para seguir con nuestras actividades.
Este no es un tema nuevo en la historia urbana, pues las ciudades se han ido adaptando a lineamientos de salubridad e higiene, de espacio y densificación, y estas directrices que han dejado huella en su estructura; sin embargo, es la primera vez que, como raza humana habitante de las ciudades, además de una crisis climática enfrentamos la pandemia. Hablar sobre cómo vislumbramos ese futuro nos lleva a pensar en estrategias y tendencias que en este momento se están ejecutando en todo el mundo. A continuación, un listado de las mejores prácticas que se han esparcido como pólvora: