México, por su ubicación y condiciones geográficas, es muy vulnerable a los efectos del cambio climático. Está expuesto a fenómenos hidrometeorológicos extremos. Ya enfrenta sequías que afectan la agricultura, la ganadería y la economía, y que provocan fuertes incendios. De hecho, el primer semestre de 2021 registró 67% más superficie quemada que el mismo periodo de 2020, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Forestal.
Pero todavía hay solución. En el Acuerdo de París, naciones del mundo pactaron limitar el aumento medio de la temperatura global a 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales. Para ello es necesario reducir los gases de efecto invernadero; llegar a cero para 2050.
En busca de medidas drásticas, líderes de casi 200 países participan en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia. Dos de sus nuevos compromisos son detener y revertir la deforestación hacia 2030, y destinar mil 470 millones de euros a pueblos indígenas como protectores del territorio.
Comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono para 2040, el Tec de Monterrey firmó la Global Climate Letter for Universities and Colleges en diciembre de 2019. También acordó movilizar recursos para la investigación sobre cambio climático, y apoyar la creación de programas de educación ambiental, tanto en las aulas como en la comunidad.
El segundo mejor momento para cambiar el mundo es hoy
El Tec es parte de la International Sustainable Campus Network, donde se comparten mejores prácticas para lograr campus sostenibles.
Entre las acciones que ha llevado a cabo para cumplir con el Plan de Sostenibilidad y Cambio Climático al 2025 están talleres de concientización, cambios de lineamientos en la realización de eventos para que sean amigables con el ambiente y una campaña sobre el regreso a las aulas tras la pandemia por Covid-19.
Asimismo, la institución ha realizado un inventario de arbolado para saber cuál es su capacidad de captación de gases y poder establecer estrategias más precisas.
“Desde 2001 el Tec empezó un programa que se llamaba Campus Sostenible. Se han hecho una serie de esfuerzos tanto en infraestructura como en la operación de los diferentes campus, que involucran a la investigación y el desarrollo de tecnología”, comenta Cynthia Villarreal, quien fue coordinadora del Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario y a la Mujer Rural, de la Secretaría de Economía, de 2015 a 2018.
Como socio estratégico para la creación de las Alianzas para la Acción Climática, de la WWF, el Tec ha estado activo en su rol de acelerador para que más instituciones, no solamente académicas, se sumen al compromiso de ser carbono neutrales.
“Eso nos tiene muy contentos porque hemos tenido ya muy buenos resultados. Poder hacer un cambio tan grande requiere involucrar a todas las personas qué tienen que ver con el cambio en sí. Es realmente un trabajo de equipo”, dice.
Sin embargo, para la directiva lo más urgente sigue siendo asimilar la gravedad de lo que estamos viviendo. Entender que no podemos seguir subestimando los daños que nos puede causar nuestro comportamiento y que no estamos preparados para asumir los impactos.
“Es movernos del discurso a la acción profunda. Transformar el mundo en la sostenibilidad es caro, pero va a ser mucho más caro no hacer nada al respecto —reflexiona Villarreal, quien también laboró en la asociación civil Vía Educación—. Siempre hay algo que se puede hacer. Está este dicho: Hay dos momentos para plantar un árbol; el mejor momento fue hace 20 años, pero el segundo mejor momento es hoy”.