Por STAFF ENTORNO Y FUTURO
A principios de los años 80 se empezó a hablar seriamente acerca de la urgencia de cuidar mejor los recursos naturales. El peligro que implicaba para la humanidad no hacerlo ya era irrefutable. Sin embargo, todavía hoy una de las tareas es convencer a los gobiernos de no invertir más en combustibles fósiles.
México, por ejemplo, es responsable del 1.4% y el 1.5% de las emisiones globales. Una cifra que parece baja pero que lo coloca como la treceava nación con más emisiones. De acuerdo con el embajador Miguel Ruiz Cabañas, director de la Iniciativa sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el Tecnológico de Monterrey, el país podría hacer mucho logrando que Pemex reduzca sus emisiones de metano.
“Me preocupa que México le apueste más a las energías fósiles que las energías limpias. Nadie le exige que deje de usar petróleo mañana, obviamente no es el caso, pero sí que tenga la mirada puesta en el futuro y haga la transición energética —comenta—. Lo que importa es el derecho al medio ambiente sano al que tienen los jóvenes. Entregarles una economía eficiente, no una atrasada tecnológica y ambientalmente”.
De hecho, con esa intención la Comisión Brundtland publicó en 1987 el informe Nuestro futuro común, sobre medio ambiente y desarrollo. Ahí empezó a verse que el desarrollo tiene tres dimensiones: económica, social y ambiental. La propuesta se retomó en 1992, en la Cumbre de la Tierra celebrada en Brasil, y en el año 2000 durante la Cumbre del Milenio derivó en ocho objetivos para ser alcanzados en 2015.
“Con los Objetivos del Milenio hubo buenos resultados. Por ello se decidió hacer una segunda ronda. La negociación empezó en 2012 y culminó el 25 de septiembre de 2015 con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, explica Ruiz Cabañas.
Objetivos de Desarrollo Sostenible para que nadie se quede atrás
Los ODS son mecanismos para que la población y sus dirigentes busquen consensos sociales y disminuyan brechas. Los objetivos principales son erradicar la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie se rezague.
Estos objetivos se pueden dividir en económicos, sociales y ambientales, con una visión integral y transversal. Es decir, cualquiera de ellos tiene un impacto en todos los demás.
“En un país como México, el más importante es Fin de la pobreza, porque si logras eso quiere decir que estás avanzando en hambre cero, educación, salud, incluso en igualdad de género, acceso al agua potable y energía no contaminante —señala Miguel Ruiz Cabañas—. Los nacionalismos vacuneros han resaltado todas las inequidades. La pandemia ha hecho más evidente la desigualdad dentro de los países y entre los países”.
En un panorama global, el embajador añade otros dos ODS como fundamentales: Igualdad de género y Acción por el clima.
Para él, que se ha desempeñado en la Organización de Estados Americanos (OEA) y en la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), una sociedad que discrimina sistemáticamente a la mitad de su población no impulsa todo su potencial. Además, negarle a las mujeres el acceso a la educación, la economía, la política, implica una violación de derechos humanos.
Respecto al cambio climático, asegura que con las promesas actuales de los países no se logrará reducir 45% las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030; al contrario, probablemente se superen en un 16% las emisiones actuales.
“Es muy grave. Y México, que tiene alta vulnerabilidad climática por nuestra posición como país tropical y desértico, es uno de los que más puede sufrir el cambio climático”, sentencia.