Texcoco, un aeropuerto cancelado y premiado
De acuerdo con Guillermo Ruiz, cuando se decidió hacer el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) ya había muchos estudios. Se sabía que el lugar más conveniente era Texcoco.
El proyecto se sometió a concurso y lo ganaron los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero. Su construcción inició en 2015: sería uno de los tres más grandes del mundo, después del de Arabia Saudita y del de Estambul, y el primero fuera de Estados Unidos con tres pistas de operación simultánea.
Con una inversión de 285 mil millones de pesos y una terminal de 743 mil metros cuadrados (12 veces la plancha del Zócalo capitalino) tendría una capacidad inicial de 70 millones de pasajeros al año, pero llegaría a 135 millones.
“¿Cuál es el chiste? Que esté bonito no, sino su gran capacidad. Había ciertos problemas de inundación fáciles de arreglar. Además, eso iba a evitar que se siguieran inundando colonias del Estado de México cercanas al lago Nabor Carrillo. La infraestructura la iba a pagar el aeropuerto. Iba a tener un impacto social muy positivo”, especifica Guillermo Ruiz.
Sin embargo, el aeropuerto fue cancelado. La versión oficial del gobierno argumentaba evitar un desastre ecológico, una explosión demográfica en el oriente del Valle de México, la sobreexplotación del agua y el dispendio de recursos públicos.
“Dijeron: ‘es que los políticos se compraron los terrenos de afuera’. En primer lugar no he visto que nadie haya salido a ver quién los compró. En segundo lugar, pues los expropias si esa es tu preocupación. Además, el aeropuerto se iba a pagar con la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA)”, observa Guillermo Ruiz.
A pesar de su cancelación, el NAICM ganó el Global Architecture & Design Awards 2021, otorgado por Rethinking The Future, por “revolucionar el diseño de los aeropuertos y la experiencia de viajar”.