Por STAFF ENTORNO Y FUTURO 01/11/2022
Si queremos mejores ciudades, necesitamos una visión integral. Por ello, el simposio El Futuro de las Ciudades. Cruzando Miradas buscó abrir un diálogo entre Francia y México, con representantes de gobierno, academia y empresas, sobre los retos que enfrentan nuestras ciudades y las oportunidades para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Celebrado los días 11 y 12 de octubre, el simposio abordó varios temas para el desarrollo urbano. Así, la mesa Administración de la Ciudad fue un intercambio de visiones en el que participaron César Garza, alcalde de Apodaca; Sandrine Molinard, directora ejecutiva del Consejo Cívico de Instituciones de Monterrey; Antonio Elosúa, diputado local de Nuevo León; Adelino Braz, consejero de Cooperación y Acción cultural de la Embajada de Francia, y Enrique de la Madrid, director del Centro para el Futuro de las Ciudades.
“Muchas instituciones se han quedado atrás con respecto al tamaño de nuestros problemas y hay que ser autocríticos.
Planes hay, se sabe hacia dónde debemos ir. Pero no hemos sido buenos en ejecutar esos planes ni en generar una estructura para ponernos de acuerdo”, opina Enrique de la Madrid.
Algo que ya se sabe y no se ha hecho, por ejemplo, es que las ciudades deben ser densas, compactas y mixtas. Por ello es importante la colaboración del gobierno municipal, el gobierno estatal, los sectores productivos, la sociedad civil y la academia.
“Esa es la nueva gobernanza. La sociedad civil no tiene las respuestas, pero sí le da estabilidad a los acuerdos. Las universidades, por su parte, deben tener una actitud más proactiva; son la conciencia de las sociedad”, considera De la Madrid.
De esta forma, se requieren municipios con recursos económicos y humanos para que la próxima sequía no deje sin agua a Monterrey ni su nuevo transporte público se base en un estudio de hace 30 años, por mencionar un par de retos.
“Hay cosas en el mundo que ya están inventadas. Hay que verlas y tropicalizarlas, no copiarlas. En realidad no es necesario inventar el hilo negro”, indica De la Madrid.
Desarrollo municipal y coordinación metropolitana
México está conformado por 2 mil 481 municipios, 80% de los cuales son ciudades. Así, un alto porcentaje de la población mexicana depende de ellas para vivir bien.
César Garza, alcalde de Apodaca, explica que los municipios son unidades administrativas autónomas. Pueden administrar libremente su hacienda, sin embargo se rigen por leyes que determinan los estados y la federación.
“En la década de los 80 se amplió la facultad de los municipios en materia de desarrollo urbano. Antes sólo eran testigos de las decisiones que se tomaban en otros órdenes de gobierno, y no siempre con una planeación adecuada.
Pero lo que ganamos en autonomía, lo perdimos en coordinación metropolitana. Esto es una de las grandes debilidades en nuestra planeación y construcción de ciudades”, asegura.
En su opinión, uno de los retos está en el andamiaje constitucional, pues el artículo 115 federal no establece reglas de coordinación metropolitana. Entonces, aunque la Constitución de Nuevo León ha generado un marco para dicha coordinación, si algún municipio no está de acuerdo puede ampararse en dicho artículo.
“Otra debilidad es el centralismo fiscal. Los municipios somos el gobierno de proximidad, atendemos todo lo que los otros órdenes no pueden atender, pero recibimos sólo cuatro centavos de cada peso que se recauda; 80 centavos van a la federación y 16 centavos a los estados”, advierte César Garza.
Asimismo, subraya la fuerte desigualdad del país. De ahí que un habitante de San Pedro tenga 15 veces el presupuesto per cápita que uno de Guadalupe o de Apodaca.
Inversión en servicios públicos para mejorar la calidad de vida
Desde la óptica de Sandrine Molinard, directora ejecutiva del Consejo Cívico de Instituciones de Monterrey, las metrópolis en México cobran cada vez más importancia pero la falta de coordinación ha generado externalidades negativas.
“La mala calidad del aire nos afecta a todos, independientemente de si vivimos en San Pedro o en García. En el transporte público hay mucha demanda no satisfecha —comenta—. Es un momento de reflexionar sobre cómo podemos modernizarnos, desafortunadamente los servicios públicos son usados como herramientas políticas”.
Aunque Nuevo León ha destacado porque desde hace décadas toda su población cuenta con agua entubada y drenaje, y por tratar el 100% de sus aguas residuales, Molinard sostiene que el Servicio de Agua y Drenaje de Monterrey no ha tenido la inversión necesaria.
“Recibimos mucha inversión extranjera, pero nos estamos quedando muy por debajo en la oferta de servicios públicos.
Tenemos acceso a empleos y a muchas cosas que nos hacen ser un estado de primera, pero al mismo tiempo la calidad de vida va en picada. Necesitamos que los municipios tengan un asiento en la mesa, porque en las grandes decisiones e inversiones del estado, como es el tema del transporte, no se les consulta”, apunta Molinard.
Regenerar y densificar los centros de las ciudades
En el siglo 1, el emperador Adriano escribió: Construir es colaborar con la tierra, imprimir una marca humana en un paisaje que se modifica para siempre. Una cita con la que Antonio Elosúa, diputado local de Nuevo León, ejemplifica que las ciudades necesitan una visión de futuro con entendimiento del pasado.
“No podemos cambiar las ciudades en un día, pero es importante tener datos duros para poder imaginarnos el mejor futuro”, afirma.
Por ello, revela que Nuevo León tiene un crecimiento poblacional de 3.4% al año, el doble del promedio en el país. Aunado a la migración, en 20 años el estado tendrá 3.5 millones de habitantes nuevos, por lo que necesitará 50 mil nuevos hogares anualmente.
“La zona metropolitana de Monterrey es de primer nivel. Sin embargo los centros de los municipios están abandonados; son de las peores zonas para vivir. Tenemos que regenerarlos y transformarlos en distritos con una planeación donde venga la infraestructura primero”, sugiere Elosúa.
En esa regeneración, aclara, deben participar tanto los dueños de los inmuebles como el gobierno. Además, se requieren nuevas leyes para el fortalecimiento municipal, el fortalecimiento de la infraestructura y el fortalecimiento de las áreas públicas.
“La ley debe impulsar esas características si queremos densificar. Los beneficios deben ser para los más necesitados; hay que darles oportunidad de vivir cerca de todo y que mejoren su calidad de vida y desarrollo personal”, expone el legislador.
“No podemos seguir expandiendo la ciudad ni agregando nuevas líneas de metro o tubos de agua donde no hay nada. La gente se está yendo a vivir a Salinas Victoria, más allá de Cadereyta; eso es inhumano”, reconoce Elosúa.
Administración urbana en el modelo francés
Para Adelino Braz, consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia, en el desarrollo urbano debe considerarse la transgresión social. De otra forma, se construyen ciudades con fronteras sociales.
“Cuando hablamos de administración territorial, nos enfrentamos a problemáticas imprescindibles. ¿Cómo articular una administración nacional con las necesidades de lo local? ¿Cómo optimizar los recursos y la toma de decisiones cuando hay varios escalafones? ¿Cómo lograr territorios atractivos sin crear al mismo tiempo desigualdad o pobreza?”, señala.
En el caso de Francia, relata, después de la Revolución de 1789 se implementaron políticas para crear una república única e indivisible. Una de ellas fue la creación de departamentos, que se dividían en distritos y estos en cantones.
En 1800 surgieron las prefecturas. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, las problemáticas demográficas y la reconstrucción del país exigieron un escalafón adicional, por lo que se crearon las regiones.
“Seguía sin ser suficiente. En 2003 una reforma constitucional generó la descentralización. Pero el estado no perdía su competencia ni sus responsabilidades a cargo de los intereses nacionales, el control administrativo y el respeto de las leyes”, especifica Braz.
El problema era que tantos escalafones dificultan evitar la redundancia entre competencias, así como eficacia de los recursos y la optimización de las políticas.
“Ahora tenemos competencias exclusivas para cada escalafón, porque la realidad local está impactada por un sistema público y administrativo nacional.
La administración territorial debe mejorar la proximidad con el ciudadano; con su realidad social y su bienestar. Sobre todo, debe permitir la igualdad de oportunidades y el fin de las fronteras sociales”, concluye el consejero.
De esta forma, el objetivo de encuentros como El Futuro de las Ciudades. Cruzando Miradas, es encontrar en conjunto las soluciones para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Porque a partir de distintos puntos de vista se pueden construir espacios que satisfagan las necesidades de los ciudadanos y les permitan desarrollar su potencial.