Hacia el año 2050, se espera que el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, según estimaciones del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU. Ante ello, es esencial que desde las aulas se incluya el estudio de un urbanismo resiliente e integral, que considere el impacto a futuro con una adecuada planeación donde se ponga en un punto central a las personas y no al diseño.
La arquitectura que viene es cada vez más global, ecológica e inclusiva. Y si algo nos ha enseñado la pandemia por COVID-19, es que los nuevos proyectos arquitectónicos (urbanos, industriales o residenciales) deben ser a prueba de todo: epidemias, huracanes, terremotos, tsunamis, escasez hídrica, calentamiento global, deforestación, sobrepoblación, entre otros desastres naturales, fuera del control del ser humano.
Ciudades a prueba de todo
El urbanismo resiliente se centra en la planificación urbana a largo plazo y la programación de desarrollo considerando las necesidades de adaptación al cambio climático. Las estrategias incluyen la elaboración de directrices sobre espacios verdes para las nuevas urbanizaciones o mejora voluntaria de las estructuras existentes, mediante incentivos.
Involucrar a las empresas en estrategias resilientes de desarrollo puede convertirse en un objetivo vital para las ciudades. A través de la participación de instituciones locales y de negocios, éstas pueden fortalecer su responsabilidad social, promoviendo el desarrollo de áreas más saludables y el consiguiente bienestar de las personas.
Un buen ejemplo de un proyecto de urbanismo resiliente es el Corredor Verde de Crown Estate en Londres, Reino Unido. Crown Estate está trabajando para establecer un corredor verde a lo largo de sus propiedades en el West End de Londres, que conectará dos parques principales: Regent’s Park y St. James Park. La firma de ingeniería y Diseño Arup, es la empresa seleccionada para el proyecto, cuyo enfoque innovador y a futuro, a través de un Masterplan Ecológico para dirigir la extensiva instalación de infraestructuras verdes en este entorno, proporcionará valiosos hábitats para la fauna silvestre, en los edificios y sus alrededores, mejorando la experiencia para las personas que viven, trabajan y visitan la zona.
Urbanismo flexible
El urbanismo debería ser capaz de adaptarse al entorno y dotar a los ciudadanos de las herramientas necesarias para cumplir con las necesidades urbanas y sociales que requieran cada momento, a la vez de promover la interacción entre las personas y el espacio.
La arquitectura ha puesto la mira en la necesidad de espacios multiusos y flexibles en una vivienda, debido a que, en muchos casos, sus habitantes también laboran ahí largas jornadas. Sin embargo, esto todavía se encuentra en un nivel conceptual. El nuevo urbanismo trata de la búsqueda de un espacio mucho más libre y cambiante, con mobiliarios urbanos agrupables, movibles y flexibles, que puedan ser aprovechados para la función deseada.
¿Cómo será el urbanismo del futuro?
Sin lugar a duda será el urbanismo líquido, un urbanismo que acompañe y se vaya adaptando a las necesidades de los habitantes de una ciudad. Es el momento de que la ciudadanía domine su propio espacio urbano, y que la ciudad sea la base de las personas para conseguir sus metas- El ciudadano dejará de ser el que constantemente tenga que enfrentarse con los esquemas urbanos que rigen actualmente en las grandes urbes.
¿Has oído hablar del rururbanismo?
Son espacios donde confluyen dinámicas propias de la ciudad y dinámicas propias del campo, un híbrido entre lo urbano y lo rural. Se trata de la apuesta por urbanizar la transición entre la densidad urbana y la vida en las afueras de las ciudades. De hecho, en algunos países lo rururbano suele estar identificado con la periferia urbana o asentamientos suburbanos de las ciudades, en donde existe una transformación progresiva en el uso del suelo.
Un ejemplo de ello es Europa City, un proyecto que propone una ciudad sostenible que refleje la fusión perfecta entre el medio ambiente y la agricultura frente al caos urbano, para crear la posibilidad de vivir en una ciudad equilibrada, con espacios de ocio y culturales en medio de la naturaleza.
El desarrollo urbano explora las potencialidades urbanas y de la naturaleza en forma mancomunada. Europa City ocupa un área de 600.000 m2 entre el centro de París y el Aeropuerto Charles De Gaulle, junto a la autopista de Bruselas
El cambio viene desde la academia
En la materia “Introducción a la planeación”, impartida en la Cátedra ADN ESCALA, se ha empezado a abordar el impacto de la actual pandemia en la sociedad, así como la posibilidad de que no sea la única a enfrentar Esto nos obliga a cuestionar nuevas intervenciones que podrían ser favorables para los usuarios y su bienestar.
Ahora más que nunca las ciudades y viviendas deben tener construcciones resilientes, flexibles y verdes porque serán invaluables. A nivel urbano y arquitectónico vienen posibilidades de reconfiguraciones infinitas; son soluciones arquitectónicas, urbanas y estructurales que podemos implementar en nuestro futuro y actualidad para tener una vida mejor.