Es la era de las ciudades. En las últimas décadas se han convertido en importantes centros sociales, políticos y económicos, donde viven la mayoría de los habitantes del mundo. En muchos casos, las ciudades han adquirido mayor influencia que los propios países a los que pertenecen.
Sin embargo, a pesar de ser motores para la innovación y generación de riqueza, las ciudades están lejos de estar listas para hacer frente a todos los desafíos del siglo XXI.
Existe un sinfín de eventualidades y acontecimientos que pueden tener un impacto devastador en nuestros centros urbanos y a pesar de que es imposible estar preparados para cada uno de ellos, es una prioridad que nuestras ciudades cuenten con planes de contingencia, protocolos de actuación y fondos de emergencia. En resumen, necesitamos ser resilientes.
Las ciudades tienen la oportunidad incomparable de aprovechar la innovación, la creatividad y la tecnología para combatir los desafíos mundiales de impacto local y mejorar la vida millones de personas.