Por KATHIA GARCÍA | 1/6/2022
En marzo de 2022, 66% de la población mexicana mayor de 18 años consideró inseguro vivir en su ciudad. Específicamente en urbes como Fresnillo, Ciudad Obregón y Zacatecas esa fue la percepción del 90% de los mayores de edad. Esta realidad, presentada por La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, muestra que el gobierno no está cumpliendo del todo con su parte, pero ¿y la ciudadanía?
“La seguridad no es sólo contención y reacción. Ésta empieza por la prevención, por la cultura ciudadana. Obviamente, hay cosas que sí le tocan a nuestras autoridades, por ejemplo, el perseguir, el castigar, el regular la seguridad. Pero si no existe una ciudadanía que se cuide y regule a sí misma, no hay fuerza pública que pueda contener todo lo que puede pasar en las ciudades”, considera Carlos Garza Herrera, coordinador de Participación Ciudadana en el Centro Eugenio Garza Sada.
Un ejemplo de ello, dice, es el fenómeno del vecino ruidoso. Se cree que el conflicto se resuelve con multas o llamando a la policía, pero más bien tiene que ver con el respeto del espacio. Por ello es tan importante generar comunidades con capital social alto, confianza y buena convivencia.
“Si queremos una cultura ciudadana, debemos reconocer que hay tres tipos de regulación. La regulación propia, la regulación social y la regulación de nuestras autoridades”.
Así, la primera responsabilidad es autorregularnos. Por ejemplo, si pensamos robar un refresco en una tienda, lo ideal es convencernos nosotros mismos de no hacerlo. En la segunda, se trata de que si alguien se pasa un alto otro ciudadano le llame la atención. La tercera es cuando un conflicto no se puede resolver entre ciudadanos, y se recurre a la autoridad para que tome cartas en el asunto.
“Pero somos una comunidad que en automático nos brincamos a que la autoridad venga y resuelva todo. Y el tiempo que la policía pierde en atender llamadas de ciudadanos, que se pudieron haber evitado si hubiera una buena convivencia y nos supiéramos regular, es tiempo que no están atendiendo problemas serios y de mayor impacto, que sí le tocan exclusivamente a la autoridad”.
En una sociedad madura, la tecnología es aliada para su seguridad
No está en discusión el punto de que al gobierno se le debe exigir que cumpla con sus obligaciones. Y procurar la seguridad de sus ciudadanos es una de éstas. Sin embargo, ello no se contrapone con el hecho de reconocer que la ciudadanía también es responsable de los problemas públicos. Y, por lo tanto, de la solución de los mismos.
“Por más que queramos, no hay manera de que el estado pueda resolvernos todas las broncas. No alcanza el presupuesto público para hacerlo.
En Nuevo León, definitivamente veo una ciudadanía más madura. Hoy por hoy sí hay sociedad civil; sí hay una conciencia de la necesidad de involucrarnos. Hay también instituciones que juegan un rol de fortalecimiento e interlocución con el gobierno. Tenemos un Consejo de Nuevo León, un Consejo Cívico, asociaciones como Hagámoslo Bien o el Centro Eugenio Garza Sada”.
Por otro lado, cada vez más la tecnología facilita la participación ciudadana. Hacer reportes de manera virtual, mediante chatbots en WhatsApp, por ejemplo, permite poder levantar la voz de manera sencilla. Asimismo, los grupos en Facebook favorecen la organización y comunicación vecinal.
“Sólo hay que tener cuidado de no pretender que la solución está en la tecnología. Ésta es un facilitador, pero si quieres vivir más tranquilo no necesitas sistemas sino conocer a tus vecinos; tener una mejor relación con ellos. Eso no quiere decir que si se mete alguien a robar no le hables a la policía. Obviamente, eso le compete a la autoridad directamente. Pero el grueso de los conflictos son evitables si tenemos una buena cultura vecinal”.
Buenos vecinos y ciudadanos ejemplares a favor de la paz común
Carlos Garza formó parte del equipo fundador de Paz Es, de la que fue director general hasta 2016. Con el objetivo de fomentar la activación ciudadana y realizar acciones positivas en favor de la comunidad, han desarrollado diversas iniciativas.
“Hay tres aportaciones de valor que hace la asociación. Una es ayudarte a ser mejor vecino. Otra es ayudarte a involucrarte con alguna asociación de la ciudad de la sociedad civil. Una tercera es, a través de datos, entender y conocernos mejor como ciudadanos”.
Para Paloma Guzmán, actual directora de Paz Es, cuando la asociación nació en 2007 Monterrey vivía un entorno particularmente violento. De tal forma, una de sus primeras tareas fue hacer visible las acciones positivas que se realizaban en la ciudad; es decir, cambiar la narrativa.
Con la plataforma de convivencia vecinal Buen Vecino, por ejemplo, buscan fortalecer la participación en comunidad, generar paz, prevenir conflictos, crear proyectos, trabajar juntos.
“Podríamos pensar que los problemas entre vecinos varían por colonia, por nivel socioeconómico, y la verdad es que son los mismos. Se manifiestan a lo mejor de una manera distinta, pero son temas de limpieza, ruido, mascotas… Entonces, poder trabajar en esto nos muestra la realidad que tenemos en Nuevo León”, apunta.
Asimismo, mediante la iniciativa Ciudadano Ejemplar, Paz Es reconoce a personas que trabajan en pro de su comunidad. Tras recibir nominaciones, graban videos de las mejores historias y las publican en redes sociales o mediante alianzas con televisoras.
Como organización, su filosofía es que la paz se construye día a día a través de las acciones de los ciudadanos. No obstante, si algo le hace falta a México es precisamente paz.
“Los índices de violencia cada vez se incrementan y no vemos cómo va a parar esto. Es la realidad y no podemos ignorarla. Por eso trabajamos en mejorar las relaciones entre instituciones para generar mayores niveles de confianza”, explica Paloma Guzmán.
“No nada más es indignarnos y quejarnos. No quitamos la responsabilidad que nuestros gobernantes tienen, porque los elegimos para que velen por nuestros derechos. Pero ¿qué vamos a hacer, cómo vamos a formar parte de una organización, a donar, a invertir nuestro tiempo y conocimiento para ser parte de la solución?”.
Hacer uso del espacio público para generar una seguridad natural
Paloma Guzmán sostiene que otro de los esfuerzos de Paz Es apunta a mejorar el espacio público. Esto conlleva a que la gente forme parte de él y genere seguridad.
“Entre más usen las personas el espacio público, se da mayor vigilancia natural porque podemos contribuir a saber lo que está pasando. El que va a ejercer violencia a lo mejor no lo va a hacer tan tranquilo, porque hay mucha gente alrededor”, especifica.
Ese tipo de iniciativas, afirma, se llevan a cabo en colonias de Santa Catarina, San Nicolás, Monterrey y Guadalupe. Ahí, organizaciones y colectivos trabajan de manera transversal para incrementar la seguridad a través de la participación comunitaria. Y uno de los aportes de Paz Es consiste en reducir la brecha entre quien ofrece un servicio social o intervención comunitaria y quien la puede recibir.
En cuanto a temas que requieren una atención urgente, dice, está el acceso a la justicia. La ciudadanía debe reflexionar cómo exigirle a los gobernantes que hagan cumplir la ley. Pero, sobre todo, que si alguien es víctima de algún delito tenga la confianza para denunciar sin ser revictimizado en el proceso.
“No podemos dejar a un lado la violencia contra las mujeres y los feminicidios que estamos viviendo. Tenemos un gran problema de machismo en todo México. No ha habido educación en temas de inclusión y de respeto hacia la mujer. Es una gran tarea que tenemos como sociedad”.
Podemos terminar desesperanzados con la realidad que vivimos, pero no todo es malo. Vemos el problema y no nos estamos quedando ajenos. Si alguien no sabe cómo contribuir a la cultura ciudadana, que empiece por saludar a su vecino, recoger la basura, participar en la sociedad de padres de familia en las escuelas y donar en alguna organización”, recomienda Paloma Guzmán.
En una sociedad violenta parte del problema es sobresimplificar los retos
A través del programa de Ciudadano Ejemplar, Paz Es encontró una buena colaboración con los equipos de futbol Tigres y Rayados, revelando que el futbol también genera capital social.
“Hay historias fantásticas. Una porra de Tigres cada diciembre se organiza para llevar juguetes a una casa hogar. Cuando hubo incendios en la sierra en Santiago, una porra de Rayados hizo acopio de víveres y los llevó a los rescatistas”, destaca Carlos Garza.
Al recordar la pelea del pasado marzo en el estadio Corregidora, un suceso histórico y revelador del nivel de violencia que vivimos en México, y pedirle su opinión, Carlos Garza nos lleva a un ejercicio de reflexión.
“Somos una sociedad violenta, que no sabe interactuar y resolver sus conflictos. Sin embargo, es muy fácil sobresimplificar. No es un tema del futbol, de una localidad sobre otra ni de un nivel socioeconómico. En cualquier evento donde juntas a más de 30 mil ciudadanos siempre está el riesgo de que se salga de control”.
Hay que reforzar la seguridad, revisar protocolos. Eso siempre será necesario. Pero en el fondo tenemos un problema de cómo nos tratamos unos a otros. Creo que lo primero es reflexionar sobre uno mismo: cómo soy ante conflictos, cuando estoy borracho, cuando pasa algo que no me gusta, cuando me enojo… y trabajar en ello”, advierte.
Además, subraya la importancia de seguir madurando como sociedad, lo cual implica reconocer nuestra violencia y nuestro machismo, sin estigmatizarlos, y considerar que los problemas culturales son retos de largo plazo.
De esta forma, mejorar y hacer uso del espacio público, relacionarnos entre vecinos, organizarnos como ciudadanía, aprender a regularnos y visibilizar las buenas obras son acciones necesarias para generar ambientes de confianza y seguridad. Un tema que no se puede dejar exclusivamente en manos de las autoridades.