El virus que reconfiguró al mundo
Tras un año de pandemia, el mundo juega con otras reglas. En el caso de muchas oficinas, la operación se trasladó a las casas de los colaboradores mediante el formato de trabajo remoto o teletrabajo. Miles de empleados han estado con un riesgo bajo de contagio al no estar concentrados en espacios cerrados durante toda la jornada laboral. Sin embargo, esto también ha tenido una serie de consecuencias entre las que se cuentan, por un lado, el impacto económico en el mercado de oficinas debido al porcentaje de desocupación inusualmente alto y, por otro, el impacto en la salud mental de todos los empleados.
La ciudad de las oficinas vacías
El mercado de las oficinas está íntimamente relacionado al comportamiento cíclico de la economía; esto lo convierte en el segmento inmobiliario que más se ve afectado por una desaceleración económica y por la pérdida de empleos. De acuerdo con Pablo López Gallardo, director de Investigación de Mercado de la plataforma inmobiliaria Solili, 2020 cerró con 2.2 millones de metros cuadrados de oficinas desocupadas en CDMX, lo cual representa un incremento del 46.6% con respecto a 2019, año en el que se registraron 1.5 millones de metros cuadrados de oficinas vacantes. Mientras tanto, el incremento de desocupación de oficinas en Monterrey fue del 32 por ciento, en Guadalajara del 15% y en Querétaro del 40 por ciento.
Esto ha derivado en un ajuste a la baja en los precios de las rentas y en la disminución o cancelación de planes para construir nuevos espacios para oficinas. En un estudio presentado por Enrique Téllez, presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, se prevé incluso que la demanda disminuirá entre 10 y 15 por ciento en los próximos 18 a 24 meses.
El reto de trabajar en casa: no extrañar la oficina
Con la gente trabajando desde sus casas, emergieron nuevas dinámicas de interacción, pero también nuevos vicios de una cultura laboral añeja. Al no existir un referente sólido de la modalidad remota, los límites entre la vida profesional y la privada son difusos; hay poco control con los horarios. Además, bajo la supuesta idea de que los empleados “podrían relajarse fácilmente” por estar en casa, sus responsabilidades se duplicaron o triplicaron, lo que los ha conducido a niveles inéditos de estrés y agotamiento físico y emocional, actualmente conocido como el síndrome de desgaste profesional o burnout. Esto, sumado a la crianza de niñas y niños que están estudiando en casa y a otras actividades domésticas que demandan tiempo y atención, ha contribuido a mermar poco a poco la salud mental de las personas que se adaptaron al teletrabajo.
Según “The impact of working from home on collaboration”, un estudio realizado por Brightspot Strategy con empleados en México, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, el trabajo a distancia ha afectado negativamente las dinámicas laborales colaborativas. La encuesta definió de tres formas el concepto de colaboración en el trabajo: la viabilidad de reunirse y hacer lluvia de ideas, la de mantener relaciones sociales y la de tener interacciones no planeadas. Al final, los resultados mostraron que:
- La viabilidad de reunirse y hacer lluvia de ideas cayó en promedio un 11 por ciento. Sin embargo, en empleados cuyos roles dependen de la colaboración o en aquellos pertenecientes a industrias creativas y de comunicación, el índice se encuentra entre el 13 y el 15 por ciento.
- La viabilidad de mantener relaciones sociales descendió en promedio un 17 por ciento. Aunque en empleados con fuertes lazos con sus compañeros, así como en aquellos que ya tenían dificultades para socializar en la oficina, el índice oscila entre el 20 y el 26 por ciento.
- La viabilidad de tener interacciones no planeadas bajó en promedio un 25 por ciento. Para los empleados que trabajan en equipos o células coordinadas la caída es más dramática, pues descendió hasta un 40 por ciento.
Por otro lado, fue notable que el 90% de los encuestados manifestó deseos de regresar a trabajar a una oficina, por lo menos, un día a la semana; y el 20% de ese grupo desea regresar los cinco días.
La reconstrucción del mañana
Esta información lleva a pensar en soluciones y alternativas que ayuden a construir relaciones saludables entre los empleados y los espacios laborales en un mundo pospandémico. Las experiencias acumuladas durante más de un año bajo este formato, han permitido especular acerca de las nuevas dinámicas laborales para la mayoría de las empresas que actualmente operan desde las casas de sus trabajadores.
A este respecto, Arturo Miranda, director general de Sparkling Ad México, a través de una entrevista vía telefónica, reflexionó sobre cómo sostener la operación de una agencia de publicidad mediana bajo la modalidad de trabajo remoto y los planes que a raíz de ello se avecinan dentro de la organización: “Ahora trabajamos en casa porque no nos queda de otra, pero es muy importante diferenciar los espacios entre casa y oficina. Esto nos ha permitido planear mejor las cosas para cuando todo termine. Nosotros como agencia, y muchos de nuestros clientes, nos estamos preparando para adoptar un modelo mixto: no será necesario ir a la oficina diario ni en horarios concretos, quizá sólo para alguna junta importante, pero definitivamente esto cambió y habrá mucha más flexibilidad, la gente podrá trabajar en su casa o en la oficina. Lo que sí es definitivo es que ya nunca estaremos todos los empleados en la oficina al mismo tiempo”.
Miranda agregó que una de las inquietudes latentes entre CEOs y otros tomadores de decisiones, alusiva al trabajo remoto habría sido mantener el nivel de productividad: “La gente se preocupaba de que no fueran a salir las cosas y entonces trabajaba más, pudimos comprobar que hacer home office no compromete los resultados o la productividad, pero sí la salud mental de las personas. Una ventaja de estar en una oficina es que sales a las 7 y ya está, en casa es más difícil tener claro ese límite y la gente trabaja más”.
El futuro es híbrido
Con las jornadas de vacunación avanzando poco a poco, ya es posible vislumbrar un regreso a la normalidad, por lo que esta tendencia luce firme para posicionarse como el nuevo modelo a seguir en un futuro pospandémico. En el seminario “Hello hybrid” transmitido durante el WeWork Innovation Summit 2021, se concluyó que el futuro del mercado laboral está en la flexibilidad, tanto en términos de activos inmobiliarios como en el uso del espacio. Ante este escenario, el formato coworking recupera presencia y diversifica su oferta pensando en la flexibilidad como una innovación capaz de dejar atrás a las oficinas corporativas y replicar modelos más cercanos a un collaborative hub.
El caso de WeWork es particularmente ejemplar, pues antes de la pandemia la marca predecía una caída por falta de inversionistas a raíz de la baja rentabilidad que su modelo genera, incluso cerraron algunas oficinas y recortaron personal alrededor del mundo; sin embargo, al levantarse el confinamiento poco a poco, muchas empresas no volvieron a las oficinas corporativas en un modelo tradicional que solían ocupar sino que, después de un año de aprendizajes y experiencias con la modalidad remota, optaron por modelos de coworking, lo cual aceleró la demanda de esta clase de espacios. Gracias a ello, la vuelta a la normalidad también puede significar un segundo aire para la compañía.
También resalta el caso de Starbucks en Japón, con la sucursal piloto inaugurada en julio de 2020 en Ginza —uno de los distritos comerciales más importantes de Tokio—, que fue completamente equipada y diseñada como espacio de coworking. Es una jugada audaz e inesperada, pero que no sorprende del todo, pues las sucursales de esta cadena de cafeterías han sido sede de innumerables sesiones de trabajo alrededor del mundo; la diferencia es que por primera vez una de ellas está optimizada directamente para estos fines.
Mejores oficinas para mejores ciudades
La flexibilidad se manifiesta ahora desde la oferta de los arrendadores de oficinas y espacios de trabajo colaborativos en términos de contratos, plazos, acuerdos y formas de pago de rentas; no obstante, la tendencia podría impactar también en el diseño y la planeación de nuevos espacios de trabajo fuera de los corredores tradicionales, que sean más accesibles para todos, con menos tiempo de traslados y con nuevas dinámicas sociales: una ciudad que contempla a quienes la habitan es una ciudad flexible. Asimismo, la flexibilidad es el hilo conductor de las nuevas dinámicas laborales. Para cimentar una nueva cultura laboral es importante escuchar a los trabajadores y por un momento pensar en ellos como consumidores o usuarios: conocer sus necesidades y sus opiniones para mejorar su experiencia.
Por lo pronto, para un retorno a la normalidad y a la vida laboral fuera del confinamiento es necesario priorizar esquemas híbridos, ocupación escalonada y horarios flexibles. Finalmente, un buen balance entre vida profesional y personal deriva en mayor productividad y mejor calidad de vida para la fuerza laboral.