La meditación ayuda a cultivar las emociones positivas
“Se piensa que para lograr niveles de felicidad se necesitan mínimos económicos. Si no comes, si no vistes, si no tienes un techo… Lo dramático es que este problema también lo tienen los franceses y los suecos. Entonces, tenemos que aprender a ser felices, a conectar con nosotros mismos, porque no es lo mismo enfrentar problemas histéricos que serenos”, menciona De la Madrid.
Ante ello, Rosalinda Ballesteros subraya la importancia de cultivar las emociones positivas. Las de alta intensidad (alegría y diversión), las de trascendencia (esperanza, gratitud y orgullo), y las de baja intensidad (serenidad e interés en aprender cosas nuevas).
Las prácticas de mindfulness y la meditación permiten generar conexiones neuronales aun en la edad adulta, mejoran la capacidad de regulación emocional y evitan que la mente se vaya a buscar amenazas y catástrofes. Son ideales para generar mayor conciencia de nosotros mismos y del planeta, mayor conexión con los demás y mayor sentido de propósito en la vida.
Ballesteros recomienda la meditación meta o del amor compasivo que, practicada 10 minutos, tres veces por semana, puede cambiar las cadenas de expresión genética de algunas enfermedades.
“Si le enseñamos a los adolescentes meditación, les damos una habilidad maestra del autocontrol, que se vuelve de lo más importante en la vida. En los canales de YouTube de Universidad Tecmilenio contamos con diversos videos para meditar”, indica.
Para Inés Sáenz, cultivar una planta desde la semilla, en maceta o jardín, brinda los beneficios de la meditación. Ayuda a desarrollar la paciencia y la capacidad de observación, a cuidar al mundo y a manejar la incertidumbre. Una recomendación inspirada en el libro Loa a la tierra, un viaje al jardín, de Byung-Chul Han.