Registrar los sonidos urbanos. Según Marshall McLuhan —autor de The Medium is the Massage y visionario de los medios de comunicación en la “aldea global”—, la cultura es audio-táctil en un alto grado y el sonido no tiene fronteras, aunque la sociedad de la información en que vivimos privilegie constantemente lo visual. Escuchemos. De hecho, todos los sonidos que podemos escuchar en un determinado asentamiento urbano forman parte de su identidad y se integran a sus tradiciones y a su cultura. Varios ejercicios en diversas ciudades del planeta se han dedicado a registrar los sonidos de su entorno, con resultados sorprendentes por lo que logran comunicar. En México tenemos muy buenos ejemplos, algunos muy breves pero reveladores, como el que realizó LadoB en la ciudad de Puebla, y otros enormes y abiertos para todos, como el Mapa Sonoro de México que la Fonoteca Nacional de México ha publicado por medio de la Secretaría de Cultura, “como un acervo de los distintos sonidos mexicanos a través del tiempo y el espacio”. Hoy este mapa sonoro tiene registrados 845 sonidos en pueblos, montañas y ciudades de todo el país, pero permanece abierta la convocatoria para que cualquiera pueda suscribirse y sumar los sonidos que percibe en su propio espacio. Una espléndida iniciativa que surgió a partir de la pandemia del COVID-19, para aprovechar el confinamiento al que nos ha obligado y la consecuente reducción del ruido de fondo en las ciudades, es el Diario Sonoro en Cuarentena, un proyecto de investigación de Jimena de Gortari con el objetivo de que “limpies tus oídos, escuches con atención lo que sucede a tu alrededor y puedas describirlo con palabras o dibujos”. Proyectos como éste resultan muy útiles y pueden ofrecernos información esencial sobre nuestra ciudad para entenderla mejor y mejorarla, como explica el artículo How 2020 Remapped your Worlds publicado por CityLab, pues nos permiten reubicarnos y compartir perspectivas, a través de mapas sensoriales que amplifican nuestra experiencia al proyectar lo que pensamos, sentimos, vemos, escuchamos e incluso deseamos en determinado lugar.